Ayer
crucé a un amigo en Avellaneda y nos cruzamos en una pequeña charla, tras
ingresar a una librería.
- ¿No te da cosa que un libro de Polino,
un tipo dedicado al chisme, esté al lado de Ovidio? – Me cuestiona.
Aprovecho
la mención a Ovidio para comprarlo y le contesto…
- Sí, por
supuesto. Es angustiante saber que la descripción de un escándalo, sea más
interesante que, ejemplo, un poeta como Dante… Recuérdese que necesitó
atravesar infierno, purgatorio y paraíso, solo para encontrarse con su amada.
- Es cierto... La esperanza de un poeta,
signado por una respuesta amorosa. – Señala.
- Jajajaja. ¿Sabe? Pienso lo mismo. No
estoy muy seguro de lo siguiente, pero cuidado… Yo no sé si estoy viviendo en
una época donde se rastreen esas sutilezas con facilidad. Más bien, tenemos un
tiempo donde todo es apurado y las virtudes del alma, son cada vez menos
frecuentes.
- Además hay otros intereses.
- ¿Le cabe duda eso? A lo mejor es
culpa del pensamiento social que nos está diciendo… “Mire, usted se enamora
porque el otro es respetuoso o divertido o porque trabaja.” Bueno, no me
parece. Esa es una comodidad que le queda bien a los que prefieren vivir sin
sobresaltos. Son todas falacias que nos hacen creer eso. Malas noticias.
Nosotros amamos por una infinidad de razones. Déjeme decirle que por
definición, el amor es una situación inestable.
- Pero la idea del matrimonio sigue
vigente y aún funciona…
- A ver… Yo no reniego del
matrimonio. Descreo de la institucionalización del amor, que es otra cosa. Hoy
se ha perdido ese viejo temor a la separación. De hecho, los más jóvenes ya no
se casan, sino que conviven. Incluso, la amistad ahora tiene un nuevo resquicio
por donde, una noche cualquiera, usted puede mantener un momento de intimidad.
- Los ahora llamados “amigos con derechos”…
- ¿Qué es eso? ¿Cómo se llega de un
extremo al otro? Claro, quizá era algo latente, ¿no? Sin embargo, nadie parece
resistirse la tentación. Muchos hasta sienten un gran alivio en tener
compañeros así.
- En la amistad compartimos las
desdichas, nos gustan las mismas cosas… Bueno, casi podríamos deducir la
probabilidad de compartir ciertos rincones del corazón…
- Me huele a resignación… Permítame
que se lo diga, pero nadie enamora de ese modo.
- No entiendo.
- El tipo que pretende adquirir
jurisdicciones sobre el otro, solo porque ha estado permanentemente con ella.
Ese es el secreto. El que esperó desde siempre porque jamás ha decepcionado.
Los cómodos prefieren los incisos consagrados y banales… Y así, algunos
consideran que es mejor colocar las contradicciones, como una última y frágil
barrera a derribar. Para ellos parece más placentero, cuanto más evidente es la
profanación.
- Aah, ahora entiendo.
- Es una virtud, hija de esto que
estamos hablando… Amigos que declaran su amor, solo por haberlas escuchado un
rato o haberlas acompañado una noche al cine.
- Pero resulta interesante cómo la
sociedad intenta interrelacionar el verdadero deseo de enamorarse. Ese es un
caso, pero hay más…
- ¿Ha visto de qué manera la
televisión agradece las apariciones ininterrumpidas de actrices, afirmando
haberse enamorado? Y a quienes no nos interesan las vidas de las actrices,
dice, “¡caramba! Esta señorita jura estar enamorada ahora de un empresario y
resulta que 7 u 8 meses antes también lo estuvo.” Entonces uno puede conjeturar
dos cosas… O se trata de una persona, susceptible a enamorarse bastante
seguido… O se trata de algo más pesado, como el mandato social. Yo creo que
esto último pesa más que ninguna cosa. La tranquilidad económica, antes que
nada. Pero la verdad es que ambas doctrinas son equivocadas.
- Convengamos que el poder atrae…
- Bueno, pero es una situación
ridícula, insostenible… Sin embargo, con el tiempo, una señorita observa la
pertinacia del tipo que no se rinde y termina creyendo que todo esfuerzo, tiene
su recompensa. ¡Error! ¿Se da cuenta cómo se puede escribir una mala historia
de amor? Entonces, a lo mejor el tipo no es tan interesante, pero tiene
comodidades. A lo mejor, no tiene tantas comodidades, pero es respetuoso. A lo
mejor, no es tan respetuoso, pero es tierno. Y bajo ese repertorio de maromas
posibles, uno cree estar decidiendo, con el mismo criterio que se eligen libros
para leer y recomendar. Claro, así nos va, ¿no? Yo no me opongo a redoblar
esfuerzos, siempre y cuando, exista la posibilidad de que la señorita guste de
nosotros. De acuerdo, ¿hay que remar un poco? Eso sí, al menos dígame que me
quiere. Lo que no puede remar, es contra un imposible... Si usted ya no le
gustaba a una chica, menos le va a gustar luego, haciendo ostentaciones y
visajes lastimeros o disfrazándose de mercader de pequeñas atracciones. Tengo
un par de amigas que se han puesto de novias en la primera cita, ¡solo porque
el tipo tenía auto! Yo no podría. Le puedo asegurar que he sentido una mujer, a
través de un destello maravilloso… Que vivo extraviado en su mirada… Que me
parece verla en todas partes, vaya donde fuere, etc… Eso de engancharse por
asuntos materiales, me resulta patético y muy cerca de lo obsceno. Pero está
bien, a la gente le gusta eso. Forma parte del desparpajo que vemos a
diario.
- Nadie toma un café junto a una
mina que no genera nada en su espíritu…
- No, es cierto. Por eso si le pasa
la mayor desgracia, que es saber que no lo aman... Hay que escapar. Y si
efectivamente lo aman, no importa lo demás. Para eso hay que luchar. Contra
todo lo otro, hay que luchar… Contra la oposición de la familia, la distancia
geográfica, la diferencia de condición social y de las edades, contra la
oposición feroz de un grupo de amigos, etc. Algunas bellezas son demasiado
complejas, para ser simplemente soñadas… Algunas emociones son demasiado
hermosas, para permitir que los imbéciles la manoseen.
- Me gusta... Muy poético. ¡Tenés
alma de escritor!
- Gracias, me lo dicen bastante
seguido… ¡Voy a terminar creyéndolo! Jajajaja.
- Yo creo que mientras hayan
esperanzas, uno tiene posibilidades.
- “Búscame, estoy aquí, haciendo
guiños simétricos.” Estaba recordando… Eso lo dije en alguna publicación… Por
eso el noviazgo me parece más legítimo… Uno se transforma en un constructor
diario de ese amor. ¿Por qué? Y porque puede perder el amor, a la salida de una
discusión o porque usted se levantó a una mina, mientras su novia regresaba de
trabajar. Este mundo está repleto de miserables. Hay que evitar la tentación,
antes que quedar bien con los amigos. Creo que dentro de este infinito
universo, hay algo divino e irrepetible… El descubrimiento del amor para toda
la vida que sucede una vez y cada miles de años. La nobleza del verdadero
enamorado, reside en aquel que sostiene la espera y sale al encuentro del
milagro. No solo la soledad es trágica, el amor también lo es, porque debemos
cuidarlo cada segundo.
- La libertad también se pierde…
- Entonces usted no podrá saber lo
que es estar enamorado. Mire, al caer atrapado en las redes del amor, esa
maravillosa crueldad que tanto enamoraba, empieza luego a perderla. Incluso, la
libertad… Sobre todo, la libertad. Libertad que ya no le interesa en absoluto,
pues, con toda inocencia, entrega corazón, alma y mente. De modo tal que el
hombre enamorado, enfrenta una paradoja... Cuanto más necesita el poder para
enamorar a otras mujeres, menos lo tiene... Y cuando lo tiene, si lo tuviere,
ya no le preocupa tenerlo...
- Hablando de libertades… Yo conozco
gente que entusiasmada con su pareja, por el deseo que despierta en los demás.
Es decir, hombres a los que les gusta que a su mujer la miren y la deseen.
- Eso es una porquería. Yo no podría.
Quizá es un signo de que han dejado de quererlo... Y si a uno no lo quieren,
solo queda la muerte. Cuando más vivimos, más cuenta nos damos de nuestra
mortalidad y de lo que uno ha hecho o no, en virtud del otro. Yo quisiera no
morirme nunca, pero bueno... En tal caso, el único consuelo sería morirme,
sabiendo que pude iluminar las esperanzas en alguien. De manera que no compito
contra mi pasado, ni tampoco busco una novia del pasado. A lo mejor todos mis
pasados compiten entre sí, pero mis presentes saben que lo que amo, está aquí,
en estos tiempos... Aunque a decir verdad, nuestra existencia no es más que un
presente, resignificando el pasado, a cada segundo.
- Genial…
- La mujer amada, es la musa. El amor
es nuestra mejor revelación, cuando nos podemos ver reflejados en el
otro. Y por cierto, encontrar el amor, es también construirlo. Aunque todo
comience como parte de un sueño. Por ello, los sueños andan siempre avanzando,
como indicios del desorden cósmico que preceden sin sentido al enamorado. El
objeto del amor, además de una creencia firme, implica una creación incesante.
Por eso amar significa inventarse cada día. Creamos con nuestra imaginación a
la musa que habrá a ayudarnos, no solo en la búsqueda de una verdad literaria,
sino, a compartir nuestras felicidades y desdichas. Así está el hombre…
Persiguiéndose a sí mismo, estirándose hacia lo que aún no es. Y en ese
silencio, aparece una voz que viene de afuera, pero viene también de adentro…
La característica más perfecta del amor, es el indicio, la señal de la espera…
Hay algo en el ambiente, entre líneas, en una canción, en un libro o detrás de
un momento como este… Y es lo siguiente… La espera tiene eso de dejarnos en
vilo, de ponernos en estado de suspensión, es decir, la potencia de una mujer y
que nos deje hablando en una librería… Por lo cual, si el amor es hijo del ser
que amamos, es decir, ya no es una revelación pasiva, sino, algo en lo que
nosotros participamos… Algo que nosotros nos construimos y que nos construyen…
Eso es impagable. Yo no tengo nada tan precioso como la mujer que amo, se lo juro.
A pesar que no he estado cara a cara, lo cual parece ilógico, ¿no? Pero también
así es la sustancia de la que están hechos los grandes amores... De la locura.
Quien no haya cometido una pequeña tontería, pensando en el otro... Bueno, pido
disculpas por aburrirle con lo que me pasa.
- No, para nada. Te confieso que
siempre es un placer conversar con vos, Nacho. Disfruté mucho de esta charla.
Ojala que se repita.
- Gracias, gracias. ¡Me va a poner
colorado! Cuando quieras. ¿Nos vamos?
- Vamos.
Nacho
7/1/16