¿Qué es la realidad? Para Foucault nace a partir
del ordenamiento y por ende, reclama la pasividad del sujeto.
Alrededor del capitalismo, además de organizar la
prosperidad, el consumo y el respeto a las instituciones, ha creado un sujeto
imparable, que es el sujeto comunicacional. Este es el que constituye la
conciencia, es decir, nos da contenidos, imágenes, temas de debate, ideas, etc.
Y entonces, nuestras conciencias solo discuten lo que quiere discutirse, vemos
lo que quiere verse y pensamos lo que quiere ser pensado.
Todo lo que ocurre fuera de ese círculo que establece el poder, es parte del caos. Ahora, esto no supone aceptar livianamente el salvajismo nietzscheano, donde reine el descontrol y no interese quién es el otro. No, no. Hay que convivir dentro del sistema, intentando que no nos absorba. Que no nos normalice. Cuando la realidad venga hacia nosotros, es ahí donde debería intervenir la inteligencia, la sensibilidad, la imaginación.
El siguiente es un cuento de Robert Graves que propone explorar las bisagras que solo los juegos despiertan, cuando están relacionados con el arte, la mujer y el amor.
Edward Venn–Thomas, un poeta del siglo XX, despierta en un lejano pasado
y encuentra un lugar utópico y armonioso llamado Nueva Creta.
Nueva Creta es una comunidad de hornillos de madera y luz de velas,
gobernada por poetas y brujas de magia blanca, donde todos creen en la única y
verdadera diosa.
Un dato que no parece menor… En Nueva Creta no hay violencia alguna. Las
guerras son apenas torneos amistosos de pelota, jugados en los pastos de
aquellas aldeas.
Se trata de una sociedad organizada bajo un sistema de reinos, cada uno
en cinco estados. Y allí, los niños son enviados al estado, en función de su
personalidad durante el juego de pelota.
Queda una cosa, más o menos así… Si el niño es tímido, poco emprendedor,
callado y prefiere obedecer a tomar decisiones, sin importarle de qué lado
juega y para y devuelve la pelota, antes que pegarle o arrojarla… Entonces, es
sirviente.
Si le interesa discutir los detalles del juego, o llevar la puntuación
antes que jugar, es un archivador.
Si le interesa organizar el juego, a tomar parte en él, es capitán.
Si le gusta más arrojar y pegarle a la pelota, que pararla y devolverla
y se muestra partidario del equipo, es uno de los comunes.
Ahora, en cambio, si juega sin participar del juego, de manera que los
demás jugadores se sientan incómodos por su presencia, aunque estos jueguen
bien… Entonces, es un mago.
Aparentemente, Edward Venn–Thomas fue invocado por las brujas y que les describiese cómo es la vida en su época. En realidad, poco a poco comprende que está allí para realizar los designios de la Gran Diosa… Nueva Creta puede ser un paraíso no violento, pero también una vida aburrida. Y entonces, la tarea de Edward consiste en inyectar un poco de maldad y locura, dentro del excesivo virtuosismo de sus ciudadanos.
En efecto, lo hace, pero no imagina lo que ocurrirá más adelante… Se complica afectivamente con dos jóvenes mujeres, despertando unos celos que conducirán luego en actos de asesinato y suicidio. Hacia el final, Edward dirige un discurso a la comunidad…
–Yo soy un bárbaro, un poeta del pasado y tengo un mensaje que
transmitiros. ¡Escuchadme bien! La Diosa es omnipotente, de una suprema
sabiduría. La Diosa es buena, pero hay veces en que se pone la máscara del mal
y del engaño. Durante mucho tiempo, nuevos cretenses, la Diosa ha mostrado su
rostro clemente y natural… Y por culpa de la costumbre y la prosperidad, su
belleza les ha sido cegada. En mi época bárbara, de gran oscuridad, ella
llevaba una máscara de crueldad perpetua, frente a los incontables renegados de
su belleza. Pero cuando se la quitaba, raramente y en secreto, solo era para
los locos, los poetas y los amantes. –
Siempre hubo en la familia un deseo de renovar los muebles, comprarse un mejor auto, etc. Pero llegado el caso, podía prescindirse de todo ello. No solo porque había otras prioridades, también otra forma de ver las cosas.
A decir verdad, en estos tiempos se ha producido un engrosamiento del ideal burgués, es decir, la realidad es una construcción del poder, alrededor de una necesidad ficticia del consumo. Porque muchos están convencidos que la verdadera pulsión de la vida es realizar viajes exóticos, tener una prosperidad comprobable y decidir de qué color pintará su casa. Y van dejándose arrastrar, encadenados a la mundanidad y la rutina y mientras se angustian por una gotera en el baño, las señales luminosas les están pasando por encima.
Hoy la gente se angustia por lo verdadero y lo por lo real. Lo verdadero es todo aquello que se impone como realidad. Lo real es lo que yo no sé. Y todo eso que no conocemos nos angustia. La angustia es indivisible al ser humano. No es algo que se calma heredando una fortuna, ni comprándolo en el supermercado. No se la puede borrar, ni exiliarla como hacían los griegos cada vez que cometían un crimen.
Podemos, eso sí, atenuarla en el amor. Podemos
jugar y hacer de cuenta que el amor no es esa estructura que se nos impone, a
partir de nuestras posibilidades económicas.
Insisto, el juego es un fenómeno subversivo, en
tanto construye sus propias ideas, sus propias políticas. Solamente el amor
deshace la realidad en añicos. Rompe lo establecido, aún a riesgo de quedar
identificada con la inmadurez, porque la gente cree eso cuando no los invitamos
a jugar.
A mí me parece que para construir el amor de su vida, es necesaria la ingenuidad poética. Aun admitiendo nuestras limitaciones. Aun advirtiendo nuestra fugacidad.
Es un verdadero milagro enamorarse, se lo juro.
Llegar a viejo en una sociedad que olvida a los viejos, es un gesto del más
bello. Que a uno lo amen por lo que es, que está yendo a contramano de un mundo
que exige constantemente el reconocimiento y cierta tranquilidad económica…
Bueno, no hay cielo que lo pague.
Antes de terminar quisiera aclarar que esta publicación es una excusa. No importa sobre qué haya hablado. Pudo haberse tratado del sujeto que propuso Descartes, del amor cortés en Francia, los viajes de Odiseo, de lo que sea.
Volví porque no quiero escaparle a una emoción que
anido en el alma y que está relacionada con la mujer que más amo en esta vida.
Por inconvenientes personales que no vienen al caso
mencionar, elegí darle un tiempo de silencio el blog. Sobre todo para aprender
a no decir cosas que, en el fragor del momento, uno las dice y después se
lamenta. Le juro que la extraño. Y no quiero caer en frases trilladas, pero no
hay un momento que no la busque en mi mente, en lo que hago, en lo que veo y en
lo que digo. Soy como Robinson Crusoe, que no solo sobrevive gracias a los
restos del naufragio, sino que en algún momento brillen las señales de una
esperanza.
PD. Sepa que la adoro por sobre cualquier cosa del universo, porque no hay nada tan hermoso e irrepetible como usted. La quiero para siempre.
A mi bella ladrona.
Nacho
27-10-17