El
entusiasmo que despierta el amor es una experiencia imperdible y está en
nosotros aceptar que nos cambia. El amor cambia a las personas y es maravilloso
que a todos les pase. Al menos, alguna vez en su vida.
Sin embargo, el amor requiere tiempo y conocimiento. El que piensa que hace falta un golpe de suerte o que nace solo, corre los riegos más comunes… No es la búsqueda del tesoro, ni se trata solamente de encontrar, sino de conocer a alguien. Y esa intensidad de empezar a explorar, disfrutar, internarse en los misterios de otra alma y sentirse querido y deseado... No se compara con nada.
Ahora, la tristeza es un rasgo vital e ineludible del ser humano y el amor no está ajeno al sufrimiento. Amar es saber que sufriremos –o lo que es igual - enamorarse es experimentar el dolor por la otredad. El otro siempre duele.
Las penas de amor no suelen ser visualizadas por el otro o son incorrectamente interpretadas por uno y entonces, la no correspondencia amorosa tiende a convertirse en un símbolo obsesivo y producir un vacío tal, que la vida parece inútil y carente de sentido.
Es notable la ausencia de foros que estimulen el desarrollo de la educación. De acuerdo, existen las escuelas, las librerías y los seminarios, pero dígame la verdad… ¿No está un poquito podrido del entretenimiento? Porque tampoco resulta interesante ganarse una licuadora acertando la capital de Turquía.
¿Por
qué es valiosa la educación? Respuesta, para hallar nuevos placeres en el
pensamiento y en las emociones.
Días atrás extrañaba las películas románticas y recorrí la programación sin éxito. Al rato advertí que solo hay realitys de cocina, programas de chimentos, superhéroes combatiendo amenazas alienígenas, novelas turcas, series de narcos, películas animadas de Disney, documentales de maldiciones y espectros, etc.
Según el análisis de las grandes mentes contemporáneas, la pena de amor es una idea tan cursi y anticuada, que hoy carece de rentabilidad. En cambio, las estrategias del capitalismo y el furor del consumo indiscriminado, saltan de la ficción hacia la cotidianeidad a dominarlo todo. Con tal poder de convencimiento, que la gente no tiene más remedio que subordinar los deseos románticos a las variables de la prosperidad. Fíjese, una mujer lo ama a usted pero un extraño le ofrece un viaje exótico, una velada romántica, una comodidad económica, etc. Finalmente comprende que no fue abandonado ni rechazado por una desilusión romántica, sino porque el otro tiene un buen pasar.
La privación económica es el punto crucial para desengañarse a tiempo. Los dictados sociales instan a creer que la responsabilidad y la ambición de progreso son las verdaderas razones que enamoran. Un tipo que trae un proyecto a corto y mediano plazo bajo su brazo es más razonable que un señor que ha visto a una mujer en un caldero mágico.
Reconozcámoslo de una vez… Los servicios de una casa no se pagan con demostraciones de afecto e inteligencia, sino con un importante poder adquisitivo.
PARTE 2
Un tópico interesante para
reflexionar son las cuestiones que suceden en el universo del amor no
correspondido, muchas veces clasificado como imposible. A diferencia de este
último, la pena del amor no correspondido está atravesado por decisiones que no
intervenimos, es decir, puede decidir cualquier cosa, menos si vamos a gustarle
al otro. Eso no lo decidimos nosotros.
¿Así que no le gustamos a una
persona? Fenómeno, no salga a hablar mal de ella, no la moleste, no llame a cada
rato, no se arrastre como un humillado. Decidir qué clase
de relación aspira tener no comienza a partir de uno sino del otro.
Isabel I, hija de la famosísima Ana Bolena y Enrique VIII,
agonizaba en su querida Inglaterra. Muchos hablaban de una altísima cantidad de
veneno en su sangre, debido a los mejunjes que utilizaba para maquillarse la
piel.
Desde luego, circularon las intrigas alrededor de los
derechos sucesorios, pues no existía un heredero directo al trono. Pronto
eligieron a Jacobo VI de Escocia, hijo de María Estuardo, una sucesión
particularmente histórica, porque inauguró la dinastía Estuardo en tierras
anglosajonas.
Muy bien, Jacobo de 37 años, era petiso y escasa barba.
Entre sus amantes, la maledicencia revelaba una supuesta afición hacia los
hombres, que es lo que dicen las minas cuando no les da bola el tipo que les
gusta. En verdad, Jacobo estaba enloquecido de amor por Lucy, una bella
cortesana.
Dotada de una extraordinaria belleza, Lucy carecía de lazos
o títulos nobiliarios y esto representaba un inconveniente a los deseos de un
rey, pues la baja condición social de Lucy debilitaba la posición de Jacobo en
la corte. Temiendo el futuro de la corona, los ministros hicieron desfilar un
sinnúmero de muchachas dispuestas a complacer las pasiones de Jacobo. Posteriormente
prepararon su boda con la princesa Ana de Dinamarca, que daría a luz al futuro
Carlos I. Tal acontecimiento anunció el exilio de Lucy… No solo del palacio,
también de los deseos del rey.
Jacobo esperaba olvidarla, pero algo dentro de él se lo
impedía.
Por aquellos tiempos eran normales las prácticas de
hechicería y aunque perseguida y condenada, los poderosos consultaban a los
brujos. De hecho, la nobleza aumentaba su influencia en la corte a través de la
vida palaciega, pero también a fuerza de cuestiones mágicas.
Todas las familias nobles tuvieron un brujo de confianza
que desbarataba rivales políticos mediante encantamientos letales. No obstante,
las leyes castigaban con la muerte, sin importar la ostentación de título… El
empleo de elixires que atentara a la corona significaba la guillotina.
De todos modos conviene saber que Jacobo era permeable a la
superchería y alerto a los rumores de pasillos, oyó acerca de un asunto
extraño… Unos anillos cuyas mágicas facultades oscilaba entre el olvido, pero
también el recuerdo. Los brujos aseguraban que anulaba el motivo del recuerdo y
al sujeto que lo producía.
Al principio, Jacobo resistió la tentación… Un anillo que
olvidase su pena de amor por Lucy.
Finalmente se rindió. Harto de tantas noches de tormento,
envió ayudantes en búsqueda del anillo. ¡Y parece que dio resultado! ¡Todos
estaban alegres! ¡Festejaban! ¡El rey por fin había olvidado! Al menos creyeron
eso…
No pasó demasiado hasta que Lucy se presentó en una fiesta
de la corte. El rey conversaba con sus ministros y la vio bailando… Su belleza
volvió a impactarle. Se acercó a unos nobles, quizá los mismos que habían
aconsejado alejarse de ella y preguntó el nombre de aquella hermosa mujer. Con
una evidente muestra de resignación en su tono, uno de ellos respondió… “Se
llama Lucy.”
El misterio quedó sin resolver. Nunca supieron si el anillo
tenía poderes o si Jacobo engrupió a los ministros, haciéndose el desmemoriado.
Lo único que sabemos es que bailaron hasta el cansancio… Jacobo y Lucy reescribieron
su pequeña historia de amor por una noche. Justo antes del alba, justo antes
del olvido.
A diferencia de la mujer, los hombres rara vez deshacen un vínculo en el cual intentaron establecer un interés genuino. Y habiendo pasado un tiempo, viven confinados al recuerdo de esa mujer. Y transcurre uno, dos años y la mina se pone de novia con un tipo, después con otro y un día se casa.
La
historia no culmina ahí… Ella no siente que debería darle un poco de alivio, al
contrario, trata de conservar su amistad y cada tanto llama para ver cómo
anda, comparten alguna actividad, etc.
De
manera que el tipo sigue pendiente, confiando que volverán a estar juntos…
“Todavía me quiere”, comenta a sus amigos, pese a que los hechos denuncian
claramente otra cosa.
Algunos hombres desmantelan su adolescencia, juventud y su vida a la espera de que la mujer que aman revierta su apreciación y regrese enamorada. Lamentablemente jamás sucede eso.
Pero
ahí andan por la vida, como una falsa imagen de agua que provoca el sol contra
el asfalto. No se resignan a quitar del eje de su vida a la mujer que lo rechazó
innumerables veces y no le interesa en lo más mínimo.
Por eso, en el amor no correspondido cabe plantear una pequeña distancia, simularla y ver qué pasa con nosotros, cuánto nos quieren, cuánto importamos, cuánto nos extrañan. Solamente en la angustia del distanciamiento vuelve posible lo que uno creía imposible.
PARTE
3
¿Y
si Jacobo fingió olvidarse en venganza de los que reprimieron su amor por Lucy?
La historia es una mirada poética del olvido, sí, pero sobre todo del enamorado
que no debería renunciar a lo que dicta su corazón, por mucha corona que
peligrase.
Las penas de amor dan pelea y en ese sentido, nadie sabe cuándo dejará de amar. No de inmediato. No es la letra chica de un decreto. No es un “¡olvídeme!”. El olvido avanza despacio, hasta que la figura del otro se borra, por debilitamiento de emociones.
Para Platón, el amor es necesidad… El amor mueve más en la ausencia. Tal vez haya en la ausencia propiedades misteriosas e infernales que abren las puertas a todas las criaturas del pasado. Como no nos importan, nuestra mente quita su condición de indispensable. Pero esta tragedia se repite en los demás, a quienes tampoco les importamos.
Siempre es preferible la indiferencia cometida por una persona malvada, cuyos actos hacia nosotros sean de intolerancia, malevolencia, vulgaridad. Al otro día ya no nos importará y el dolor cesará. El sufrimiento abre paso al desencantamiento. Y si es alguien que ha partido, pues no quiere que vuelva. No porque esté enojado, sino que la pasión se apaga. La pasión, ante la frialdad, se apaga.
Por otro
lado, cuando son realizadas por la persona amada, tales bajezas la desacreditan
y la debilitan de nuestros deseos. Y pensamos que hay conducta y ser, que
hacemos las cosas de acuerdo al propio ser. Sin embargo, ¡hay amores tan
pertinaces! He visto conductas raras... Personas delicadas rebajándose a actitudes
innobles, que eligen la frivolidad y la risotada fácil, mientras uno tambalea
con el alma desgarrada, desangrándose por el camino.
¿De qué manera seremos recordados? ¿Seremos recordados? ¿Qué resorte misterioso y cósmico nos devolverá a un ser querido, volver a novias de la adolescencia, jugar a la escondida con amigos de la infancia?
A lo largo de los últimos años he tratado de sembrar un estado de conciencia y ayudar a pensar que nada está perdido y que aún quedan alegrías por compartir. A lo mejor algo increíble teñirá el futuro y la historia cambie la pésima opinión que tiene de nosotros.
Por desgracia, a los brujos no les interesa discutir las penas de amor. Prefieren exhibir sus anillos y reírse de nosotros… Los que tememos al olvido.
PARTE
4
La
vida sería más tolerable sin tantas dilaciones. Que no hubiese necesidad de
perder el tiempo en eufemismos que reemplazan la crueldad del rechazo. Pero no. Se
establece una serie de excusas y giros en el discurso que dilata el
sufrimiento. Justamente,
el enamorado no correspondido piensa que si es capaz de sufrir y no olvidar,
entonces decidirán amarlo.
Nadie desea el olvido, sino que el objeto amoroso modifique su preferencia. El enamorado bloquea cuerpo, mente y alma con esa espantosa y envidiable pertinacia del que elige acomodarse en la angustia. Espera que tarde o temprano corrija su actitud. En esta o en la siguiente vida. Que una entidad divina descubran en la desolación que vive a diario, un acto de nobleza y lo recompense con un milagro. No sucederá. Los gestos de fingida nobleza no suelen ser positivos, más bien demenciales o diabólicos. ¿Y qué es lo que hace la gente decente? Olvida.
El amor no correspondido produce grandes mezquindades. Lo que pasa es que el que no ama ejerce un sentimiento opuesto a los intereses del enamorado triste, es decir, empezará a odiarlo pues siente culpa. ¿Por qué no me olvida?, piensa. Ansía que su enamorado no sufra, pero no porque le importe, sino porque está cansado de que lo moleste.
Asimismo,
la mezquindad también se refleja en el enamorado contrariado… A él no le
interesa quitarse la vida, le interesa conseguir alguna impresión. Instalar un
último efecto de seducción en el que no lo amará jamás.
Entonces,
¿así que no le gusta la pilcha que compré para seducirla? ¿Así que no quiere
que la espere a la salida del trabajo? ¿Así que no me quiere porque les caigo
mal a sus amigos? Fenómeno, a ver si le gusta esto… Y se tira desde las rocas
del Léucade. ¿Para qué? Para que todos comprendan que hubo alguien que se mató
de amor por usted.
Me parece que el amor no correspondido no tiene esperanza en ningún sitio, por el contrario, es el peor castigo de la historia y de la economía humana. Es el engranaje obligatorio para que la humanidad no caiga en el exterminio. De otro modo, ¡no habría forma de comprender las parejas desparejas que se cuentan por millones y millones!
Al fin y al cabo, un asesino arrepentido a tiempo tiene el perdón divino. También el pobre, víctima de presiones sociales y políticas injustas. El que no fue amado parte al cielo en la idea de que revisarán los gestos que tuvo –y que considera fantásticos- pero lo que en verdad encontrará es a la mina con el mismo señor que le gustaba en la tierra… Ni que hablar en el infierno.
Lamento decir esto, pero el que se enamora y no halla reciprocidad debe encaminarse a otra persona. Esa es la única salida. ¿Y qué hacemos con la tristeza? Es que de nada sirve provocar rencor, ni sentirse indignado con quien no nos ama.
Hay que huir. Correr muy ligero hacia otra mujer o hacia otro hombre y arrojarse en sus brazos.
Busque todo el amor que perdió allí, pero nunca lo busque en abrazos que no lo quieren, que no estén ansiosos de usted. Por favor, nunca lo haga.
PARTE
5
El
rechazo es el evento más desastroso, pero conviene imaginar la posibilidad de
alcanzar una cierta valentía y dignidad artística en el desamor. O sea, vivir
en silencio con aquello que causó tristeza y fructificar y transformarla en
algo que lo eleve como individuo. Como Goethe que canalizó su dolor en el libro
Las penas del joven Werther.
Sabemos que no hay fórmula que elimine el dolor de un amor no correspondido, pero existen métodos para atenuarlo y consiste en transformar el dolor en bálsamo. En una fuente de Lázaro.
Por lo
tanto, puede evitar que la tristeza siga lastimando y renovarla en algo que sea
mejor para uno. Ejemplo, estudiar una carrera, escribir un libro, escuchar
música, aprender a cebar mate, etc. Cosas que ayudan a ennoblecer y dignificar
el fuego de esa chispa sagrada, que es el amor.
En cuanto a discutir sobre volver o no con ex parejas, solo cuando los integrantes son distintos sujetos… Y esto no sucede en absoluto, porque además todo regreso debe cumplirse rápidamente. Supóngase, si usted muere, tiene que resucitar pronto. ¡Bah, no taaan pronto! A más tardar, al otro día. De lo contrario deducirán que todo fue una farsa y estuvo jugando con el dolor de los familiares.
Dentro de la pareja, a partir de la solicitud de un tiempo para pensar, el otro ingresa en un sitio en cual no sabe si ha muerto y revivirá. La decisión ya ha sido tomada, sin dudas, porque salvo en situaciones muy extremas, nadie renuncia al amor de un minuto a otro.
Allí
viene un fenómeno inconcebible… El enamorado siente que el mundo ha terminado.
Ninguna promesa aligerará su dolor y si le ofreciesen el Paraíso, pues, ¿en qué
Paraíso estará aquel que lo rechazó en la tierra? Respuesta, en ninguno. El
enamorado no desea olvidar. Por eso prefiere el sufrimiento.
Alejarse del dolor equivale a renunciar al que ha amado.
PARTE
6
Las
incógnitas amorosas son resueltas en los primeros minutos… ¿Cómo? Siendo el
hombre que le gusta a una mujer. Si no es el que ella espera, cualquier esfuerzo
será en vano. Haga lo que hiciere. Además porque las mujeres difícilmente
exponen los motivos del rechazo. No son crueles. El porqué está en el espejo. No
le gusta, precisamente, porque es usted. Punto.
Me parece advertir tres cualidades en el amor… Belleza, accesibilidad e inteligencia. Las dos últimas van de la mano. Las personas inteligentes suelen ser accesibles, pues son varios los caminos que conducen a la inteligencia, pero muy pocos a la belleza.
Claro, puede haber casos dudosos. Supóngase que la mina no está convencida, es decir, no lo rechaza enteramente, pero lo demora. Ahí el tipo gana algo de tiempo y aprovecha a sacar ventaja. Y entonces comienza a enviar cartas, a regalar osos de peluche, le compra facturas para el mate, etc. No sirve. Presiente que sus esfuerzos serán registrados a última hora y no ocurrirá. Salvo que ella regrese con los años, después de fracasar en sus propias relaciones, pero en definitiva sabrá que la conquistó en virtud de una amarga resignación y eso en el amor es una porquería.
Como hemos postulado en ocasiones, nada peor que gustar de una mujer que lo considera su amigo… ¡Sonó! ¿Cómo escapa del rótulo? Sabiendo que es inofensivo, está probándose un vestido en frente suyo y le pide opinión. ¿Y qué hace? ¿Trata de decirle cuánto la ama mientras ayuda con el corpiño? No lo creo. Hay que resistir la tentación de ser audaz si no esperan que lo sea.
Mire… Forjar una táctica de seducción mediante obsequios de bombones, fingirse poeta, atraer la atención con oportunos comentarios graciosos, etc., conduce al hostigamiento, incomodidad y la descortesía. Guarde respeto. No obstante, ser respetuoso no es esperar que el otro autorice a besarlo, sino abandonar la idea de besar a aquel que no desea ser besada por usted. Son dos cosas distintas.
Tampoco
con lo que los hombres imaginan que las mujeres esperan oír. ¿Y qué quiere una
mujer? A mí me parece que quiere belleza en acción. Eso quiere. Alguien que la escuche,
que la contenga, que la haga volar, que la conmueva, que comparta sus dichas y
tristezas, que sienta que es la única en el mundo, etc. Todo eso quiere. No
quiere un señor que sea una sucursal de Garbarino, una agencia de turismo ni el
dueño de un multimedio.
En suma, hágase el favor y no diga, no haga ni ofrezca nada. Si sabe muy bien que una mujer no lo quiere, no pregunte. Si ya sabe su respuesta, no la moleste con acciones detectivescas, porque si no le gustaba de entrada, después será demasiado tarde…
Yo
estoy de acuerdo que la atracción inicial siempre es circunstancial, pasajera y
carente de entidad. Platón decía que el amor procede de una llama inicial, que
es la manifestación de un cuerpo hermoso. Ahora, si no aparece esa pequeña
llama, que después permite el incendio... Bueno, nos vamos a quedar sin fuego.
Hay
diferentes puertas más allá de la mera visión de un cuerpo hermoso y que
aparecen enseguida, pero sin una mínima atracción de entrada, va a ser
complicado remar contra la corriente de la fealdad propia, a fuerza de recitar
versos de Rubén Darío.
FINAL
¿Hay
esperanza de torcer la decisión de un amor no correspondido? Resulta difícil
insistir cuando ya ha sido rechazado. Lo mejor es no volver a golpear puertas
que le han cerrado en la cara. No hay que regresar donde no somos bienvenidos,
excepto que hayan quedado entreabiertas. Por descuido o a propósito... Que es
la excusa que más me gusta.
A manera de conclusión apuntaré que los recursos del recuerdo y el olvido no sirven para volver a enamorar, ni para dejar a una persona. La dignidad del enamorado carece de tales registros mentales de lo que pasó y lo que pasará.
Desde
luego, para la mente del enamorado es terrible vivir un romance como una cosa
cotidiana, ¿sabe por qué? Porque en el momento no siente que la felicidad está
en sus manos… Hasta que se lo quitan.
El
amor es alcanzar el cielo y tocarlo. Por eso uno comprende que un romance ha
sido maravilloso, recién cuando lo pierde. Cuando siente arrebatado de sus
manos.
Yo creo que el amor siempre está aquí, en el presente. No en el pasado ni en el futuro. Y ese temor a perderlo es lo que nos hace sentir vivos. Nuestros cuerpos ya han sido escritos por otros amores y aun así, lucha por seguir escribiéndose en una historia de amor que ilumine y resignifique su existencia.
Nosotros somos lo que nos contamos. Una mezcla de literatura agridulce, que busca en el encuentro con el otro, un goce estético e intelectual.
Así como algunas poesías son asimétricas y defectuosas, porque aún les falta hallar esa rima… Las penas de amor son historias que nos parecen haberse quedado rengas, rengas porque la historia todavía continuaba. ¡Y ahí está uno! Penando por querer mostrar unos versos que quizá no sean los mejores, pero insisten en hacerle saber al otro que no olvidamos... Que seguimos amando, con todo el corazón y a pesar de estas deshilachadas palabras.
Muchachos, revisen el poema, mejoren sus versos… En una de esas todavía no nos han olvidado y la puerta no ha sido cerrada del todo.
30 de Abril de 2021
Nacho.