Datos y consideraciones sobre el lenguaje

 


A grandes trazos, el lenguaje es la facultad para expresar ideas, pensamientos y sentimientos. Conjugados en una estructura binaria, el

lenguaje tiene un dispositivo social, que es la lengua y un dispositivo individual, que es el habla.

 

Saussure analizó la interacción con los objetos que componen la sociedad y observó la existencia de una estructura de significados. De acuerdo a Saussure, la lengua es un sistema cultural, abstracto, compuesto de signos e independiente de la voluntad del hablante. Es una estructura mental de la que el hombre se vale para expresarse.

En cambio, el habla es la acción individual e intencional de la lengua y asiste en la comunicación con los demás, es decir, lo que hace el sujeto al hablar.

 

Para Saussure, el lenguaje es el enlace entre la lengua y el habla y se pueden estudiar separadamente, pero para que haya lenguaje, es vital la existencia de ambas. Por eso la semiología no puede omitir los significados que tienen las cosas y las acciones para los miembros de una sociedad.

 

La pedagogía indica que el niño desarrolla la oralidad en contacto al entorno y más tarde, el lenguaje de la escritura. Adquirido el lenguaje, sociabiliza y aprende a respetar los valores del grupo social. Incluso con gestos, posturas corporales y contacto visual. De hecho, a veces permanecemos en silencio y los gestos del rostro o la disposición del cuerpo resultan más convincentes de lo que pensamos. Sin lugar a dudas, suscribo a que el lenguaje corporal expresa mayor información que las palabras.

 

Los relativistas apoyan la teoría de que las lenguas no son signos creados al azar. Cada una configura un conjunto de nociones específicas, a veces disparejas y contradictorias. ¿Esas diferencias no condicionan el modo de observar las cosas y conceptualizar la realidad? Hay una suerte de circularidad en este argumento… Las diferentes visiones del mundo explican las diferencias lingüísticas y a su vez, la existencia de diferentes visiones del mundo.

 

En el fondo, el problema siempre recae en la relación de las palabras y la realidad, ese repertorio de estímulos y percepciones que ordenan las ideas del mundo. Pues, ¿somos libres del lenguaje o el lenguaje nos domina? ¿Acaso no usamos palabras que contienen un significado previo, una gramática que exige -casi disciplinariamente- la combinación exacta para que hablemos de un determinado modo? 

 

Según la leyenda, los discípulos rogaron al maestro Yin-yüan Lung-ch'i que hablara sobre el amor. Yin-yüan Lung-ch'i demoró unos minutos y finalmente les recordó que las palabras sustituyen a las cosas y entonces los discípulos comprendieron que el amor no sería más que una colección de adivinanzas.

 

Ninguna otra alquimia, de enigmas e indicios, construye el enamorado en los atanores de su alma.

 

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El método que determina la edad de un lenguaje nace de los testimonios arrojados por el idioma escrito. En este sentido, los arqueólogos coinciden que las lenguas antiguas proceden de Oriente Medio.

 

Las primeras noticias comparecen de la escritura cuneiforme que manejaban los sumerios en el sur de Mesopotamia, cerca de 3200 a. C. Ante la necesidad de contabilizar bienes y transacciones, la escritura tenía una pretensión contable. La escritura cuneiforme consistía en pictogramas acuñados sobre tablillas de arcilla húmeda y representaban palabras y objetos, pero no conceptos abstractos.

 

El jeroglífico egipcio data del 2600 a. C. y era un sistema de escritura pictórico en el que las palabras no se representan mediante signos alfabéticos o fonéticos, sino con símbolos y figuras. Asimismo, el copto o egipcio copto, una lengua escrita de influencia afroasiática y griega, usada en el siglo I a. C. hasta el siglo XVII o XVIII.

 

El elamita lineal fue una escritura del 2.300 a.C. y es la primera escritura fonética de la historia. Es un sistema de escritura mixto entre fonogramas, es decir, signos que representan sonidos y logogramas, signos que representan un concepto.

 

El latín fue una lengua muy utilizada en las liturgias eclesiásticas. Actualmente, las misas se realizan en varios idiomas, produciendo la dicha en los seguidores y un retroceso en la Iglesia, porque para un aspirante a la dominación, el idioma es decisivo. En consecuencia, que la capilaridad de sus acciones sea efectiva.

Fíjese, dado el avance tecnológico, político y mediático de las potencias, esto es, que Julio Cesar hable en perfecto inglés, que los marcianos ataquen la Casa Blanca, que los cuentos de la infancia ahora sean musicales, etc., permite interpretar que el idioma más hablado sea el anglosajón y sin embargo es el mandarín o chino estándar. También llamado putonghua, que parece un insulto. 

El mandarín es una lengua sinítica, pues agrupa al resto de las lenguas chino-tibetanas y remonta al siglo 1.400 a. C. ¿Qué significa una lengua sinítica? A la que se considera familiares, como el español, portugués, francés, italiano o rumano. Por lo demás, la escritura es logográfica. Cada signo del alfabeto representa el objeto descripto y no el sonido emitido al pronunciar la palabra.

 

Algunas lenguas bordean lo exótico, por ejemplo, la tribu khoikhoi chasqueaba la lengua. Los holandeses pensaban que tartamudeaban y los llamaron hotentotes, nombre por el cual son conocidos en África. 

 

Los kuskoy o pueblo de los pájaros hablaban a través de unos chiflidos que eran oídos a kilómetros de distancia.

 

El ramasi fue un lenguaje lleno de misteriosos símbolos y que los thugs empleaban para reconocer a sus miembros en rincones lejanos o situaciones comprometidas.

 

Lenguaje secreto era el arawak en las Antillas. Anterior a Colón, los galibis invadieron a los arawak y canibalizaron a los hombres de la tribu. Luego quisieron abusar de las mujeres y para defenderse, inventaron el lenguaje del silencio.

 

Thomas Bridges habitó Tierra del Fuego y estaba encantado del vocabulario yagan, la gramática y el sabio uso de los verbos. Le parecía extraño un idioma tan rico, en una sociedad tan elemental. Con el paso de los años recompiló en 32.000 palabras en un diccionario inglés-yagan, entre las que faltaba “abuelo”, pues los yaganes morían jóvenes.

Otra tribu de indígenas obraba de forma similar con los nombres. Supóngase, en caso de que “nube negra” reventara, ningún indígena volvía a llamarse así. Las palabras “nube” y “negra” también desaparecían para siempre del lenguaje. 

 

Los nativos de Australia tienen 5 tiempos futuros, mientras que los javaneses usan 10 palabras para aludir que un señor está parado y 20 cuando está sentado.

 

Son tan sumisos los siameses –y no me refiero a la raza gatuna- que el pronombre “yo” alude a la esclavitud. Por su parte, los esquimales con 12 palabras designan a la nieve. El idioma vietnamita cambia de significado según la entonación, por lo cual, una palabra de entonación aguda significa una cosa y con gravedad, otra.

 

En el idioma árabe hay un pronombre “tú” diferente para cada sexo. Algo similar ocurre entre los rusos y la función de los verbos. 

 

Cuentan que unos oficiales de la artillería norteamericana idearon el código de Gibson, un sistema de números puros que ni entre ellos entendían. Más tarde asomó el timerio, en el cual, el concepto representaba un número en concreto. De las pocas oraciones, sobreviven la combinación 1-80-17, que significa “te amo”

 

Así que cuando usted reciba un mensaje con 1-80-17, bueno, alégrese y no piense en una diagonal de La Plata. No, no. Significa que lo aman.

 

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¿Qué es el lenguaje artificial? Es una construcción de común acuerdo, aplicado como un método de comunicación y entendimiento. En general, los lenguajes artificiales proceden de lenguas naturales y se aprenden de manera voluntaria, aunque en verdad son forzados e impuestos.

Los primeros ensayos fracasaron pues recurrían a caracteres chinos y conceptos, tan arbitrarios como cualquier idioma convencional. Además, retener aquella simbología demandaba una memoria prodigiosa y pocos se animaron a semejante tarea.

 

Hacia el siglo XIX, Jean F. Sudre inventó el lenguaje solresol, basado en tonos musicales. Esto aliviaba la tarea de memorizar miles y miles de símbolos. El solresol puede tocarse, silbarse o cantarse, como hablarse. Eso sí, tenía el defecto de resultar monótono ya que constaba de 1.200 palabras, muchas más que las que un político alcanza a expresar en su vida entera.

 

Dentro de la lengua artificial se destacan las lenguas artísticas, auxiliares y experimentales.  

 

Las lenguas artísticas tienen propósitos estéticos o entretenimiento y la gramática representa, precisamente, una lengua orientada a la ficción. Ejemplo, los idiomas élficos de Tolkien para el desarrollo de sus personajes en la Tierra Media.

 

Una lengua auxiliar proyecta la comunicación entre regiones vecinas y de lenguas diferentes, como el intereslavo, el volapük o el esperanto. El intereslavo es una versión moderna del antiguo eslavo eclesiástico del siglo IX. Basada en palabras heredadas y gramática simplificada, el resultado es un idioma que la comunidad eslava entiende, sin necesidad de aprenderlo.

En 1880 Johann Schleyer propuso el volapük como segunda lengua. El vocabulario del volapük tiene bases del inglés y lenguas romances y las palabras fueron modificadas hasta lo irreconocible. Al final, el volapük fracasó debido a su inaccesibilidad y reemplazado por el esperanto, una alternativa lingüística más estable y simple a la hora del aprendizaje.

 

Las lenguas experimentales buscan responder los grandes interrogantes lógicos o filosóficos de la humanidad mediante una falsa lengua. Alrededor de este experimento psicolingüístico se destacan el toki pona y el loglan.

La lengua toki pona tiene apenas 120 palabras, cuyo propósito consiste en entretener gracias a la simplicidad. Por otro lado, el loglan fue concebido para examinar la influencia del lenguaje en el pensamiento del sujeto y averiguar hasta qué punto las estructuras gramaticales determinan la visión del mundo.

 

Hay lenguajes que aspiran a la popularidad, pero en verdad reducen el entendimiento, como el lunfardo a fines del siglo xix y principios del XX. O las series sobre narcos… Y si no, ¿a qué se debe el éxito de dichas series? Porque es un lenguaje que elude el conocimiento.

Los lingüistas esgrimen que la lengua se parece a la forma de pensar –o lo que es igual- da forma al razonamiento humano. De manera que la pereza y relajación con que se utiliza el lenguaje, responde a personas despreocupadas en asuntos del saber.   

 

El pickwick es otro lenguaje que tiende a reducir el número de destinatarios y evitar la profanación de lo que se pretende decir. Abundante en circunloquios, indirectas o alusiones que dan vueltas y vueltas, sin arribar a ninguna parte. Y ya que estamos con el misterio, no podemos olvidar el lenguaje difundido por John Wilkins.

Wilkins propuso desenmascarar por medio de clasificaciones, los errores que suelen esconder las palabras y las diferencias existentes en relación a ellas. Al respecto, Borges señalaba la imposibilidad de comprender la esencia divina del universo, al menos con las herramientas del hombre. Más aún, si consideramos que toda clasificación es imperfecta y subjetiva. 

 

El láadan fue una lengua artificial creada en 1982 por Suzette Elgin con el fin de investigar el desarrollo del lenguaje por parte de las mujeres. Observando que los lenguajes del occidente parecen adaptarse a los puntos de vista de los hombres y que cada lengua hace una comprensión particular del mundo, Suzette Elgin inventa el lenguaje láadan para una trilogía literaria de ciencia ficción. Por supuesto, está diseñado para contrarrestar las limitaciones masculinas del lenguaje sobre las mujeres.

El láadan emplea palabras o expresiones –a veces, ambiguas- para expresar cómo se siente uno acerca de lo que se dice.

 

El nüshu era un sistema de escritura simplificado de los caracteres chinos. Los hombres no tenían acceso y fue transmitido silenciosamente, generación tras generación, por las mujeres del condado de Jiang Yong en Hunan, China.

Descubierto en 1982, es uno de los idiomas femeninos más antiguos. Los investigadores recolectaron muestras de caligrafía, grabados en abanicos y bordados en pañuelos con un vocabulario de 20. 000 palabras y más de 500 caracteres. El contenido de los manuscritos en nüshu revelan aspectos históricos, culturales, sociales y de identidad nacional, los cuales reflejan el dolor de una época de opresión y sufrimiento.

 

Por último, el lenguaje inclusivo.

 

En los últimos tiempos, la sociedad es testigo de una revolución del género que cuestiona la diferencia entre lo masculino y lo femenino y no se discute el horror y las injusticias del relato patriarcal y heteronormativo con ideas, sino instalando un régimen que alecciona y oprime, con la misma intolerancia que el machismo. Y entonces, las letras “a” y “o” que hasta ayer determinaban lo femenino y lo masculino, hoy son reemplazadas por la letra “e”, como una suerte de término inclusivo. Ya no se dice “todos”, sino “todos, todas y todes”.

Me parece que nos equivocamos al pensar que la justica pasa por cambiar o modificar letras. Ese no es el camino. Tampoco una solución temporal. ¿Y si fuese parte de una literatura que nos ha sido velada? No lo sé, veremos. Pero si todo el lenguaje es producto de las circunstancias, bueno, no arreglemos el lenguaje. Es al revés. Arreglemos las circunstancias. Después veremos si esas nuevas circunstancias darán lugar o no, a un lenguaje diferente.

 

Las lenguas artificiales no han simplificado la imagen de una lengua universal, al contrario, añadieron una mayor diversidad lingüística. ¿Y no es lo que hacemos a diario, engrosando nuestro lenguaje con palabras que no nos pertenecen?

Desde un sentido utilitario y práctico, el lenguaje pretende reflejar la realidad y el pensamiento. Pero en la amistad y el amor, el lenguaje es dispar. Aquel que habla con su pareja, igual que lo hace con sus amigos, es un idiota. Lo que pasa es que entre amigos uno se siente tranquilo, seguro, imperturbable y si algo carece el amor es justamente de todo eso. 

 

Al igual que la lengua, el amor es un otro. Es el otro. La lengua no nos pertenece, no hay apropiación, pero nos acompaña a todos lados, vayamos donde vayamos. Estemos con quien estemos. Detrás de cada silencio y cada vez que lo pensamos.

 

Quizá el amor trascienda la palabra, una que no puede pronunciarse y legible exclusivamente a nuestros ojos y los del ser amado.

 

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La posibilidad de una lengua universal descansa en el convencimiento de que las ideas simples son universales. Sin embargo, el lenguaje es hijo de su tiempo, pues las palabras son el resultado de un contexto cultural determinado.

 

El sueño del lenguaje universal parece haber tenido un tiempo, precisamente en la antigüedad. Se presume que predominaba el hebreo, mientras que para otros fue la lengua adánica, una que Dios habría enseñado a Adán y que luego Enoc se encargaría de difundir como un lenguaje enoquiano.

Al parecer, el rey Nemrod era tan poderoso que quiso enfrentar a Dios en los cielos y para ello mandó erigir la Torre de Babel. Muy bien, Nemrod no contaba con los planes divinos… Dios envió a 70 ángeles a confundir con 70 lenguas a los albañiles y la ansiada obra de Nemrod quedó inconclusa. 

Siglos más adelante, John Dee y Edward Kelley tuvieron encuentros angelicales. En una sesión, Gabriel reveló –entre tantas infidencias- que el enoquiano es la lengua de ángeles y humanos en el Paraíso. Ambos espiritistas estaban aterrados, porque no había registros de aquella lengua.

 

¿Es necesario conocer el lenguaje enoquiano? Depende de lo que le toque. Si espera el Infierno, la respuesta es no. De lo contrario, mejor estar preparado y ahorrarse la presencia en foros en los que no se siente a gusto.

Imagínese la siguiente escena… Viene un amigo suyo y lo invita a fiesta en la cual son todos desconocidos, menos para él. ¿Y qué hace? Pregunto, porque tiene dos caminos. O se prende del otro como una pulga y lo persigue, allí, vaya donde fuere… O acepta que está a la deriva y entonces adopta una falsa camaradería, sonríe a desgano, recorre el salón como un fantasma en pena, haciéndose percibir. Etc. Después combina la resignación con la matemática, es decir, da perdida la noche y entonces empieza a calcular a qué hora pasará el último colectivo.

Sin embargo, algo lo detiene y es la metafísica. Siente que todavía no debe partir, que avecina un milagro… Señalada por el dedo del destino, una mujer salvará la noche. Y no. Solo ocurre en las películas románticas de los ‘80, nomás. Por eso, sí, conviene aprender enoquiano y no caer como un extraño, en cielos que no somos invitados.

 

El humanista Comenius también defendió la necesidad de una lengua universal, la panglosia, una lengua única y perfecta basada en la correspondencia absoluta de las palabras con las cosas que designan. La panglosia no sólo contribuiría al rigor terminológico, sino a la reconciliación de la humanidad y a su redención. 

 

En un discurso, Winston Churchill recomendaba enérgicamente considerar al inglés como lengua universal. Se trataba de un inglés básico, cuya reducción del vocabulario, facilitaría el aprendizaje. Afortunadamente no tuvo aceptación, al menos por el momento…

 

La lengua está constantemente asignando nuevas pautas, rutinas y convenciones. Nótese que las pizzerías ahora ponen partidos de fútbol o noticieros en vivo, en completa ausencia del sonido original. Y salvo que no le interese quién hizo el gol, ni lo que tiene para decir el periodista, la imagen adquiere sentido gracias al aporte de algún texto… O al subir el volumen del televisor.

¿Y qué sucede con la música? La música determina otro tipo de comunicación. Después de la palabra, el más complejo, pero no es el más alusivo. La música es un lenguaje encerrado en sí mismo. Por eso es difícil cuando el lenguaje musical desea ser descriptivo con la realidad y sus sucesos… Ahí nos encontramos que la música se expresa a sí misma.

Esto quiere decir que lo que prevalece es el lenguaje de la palabra y si no, ¿de qué manera el científico comprende el fenómeno de la vida? ¿Observando a través de un microscopio? No, primero está la formación teórica, infundada por profesores y una bibliografía correspondiente. Más adelante, ese conocimiento se aplica en la práctica. 

 

¿Existe realmente un modo de pensar en los que hablan, por ejemplo, castellano y otros que hablan japonés? ¿O el lenguaje se establece según lo que necesitemos nombrar?

Ambas cuestiones son válidas ya que la razón precisa del lenguaje. Peor aún... Si el sujeto carece de un lenguaje analítico, será difícil que acceda a un razonamiento analítico. ¿Y qué es un lenguaje analítico? Un lenguaje que avanza de lo particular hacia lo general. O al revés. Un lenguaje que permite entender los mecanismos de la reflexión y pensar en forma abstracta. Inversamente a los que les encanta nombran las cosas y accionan en consecuencia, sin necesidad de abstraerse. De ahí que la lengua sea un instrumento del pensamiento y no se pueda desarrollar pensamiento alguno, en ausencia de una lengua.

Así que, en efecto, se piensa como se habla. Y algo más… Un lenguaje que alberga un puñadito de conceptos, evidentemente carece de pensamiento crítico.

 

Otra discusión de la semiótica gira en torno a la inexistencia. Al respecto, el obispo Berkeley decía que lo que no puede ser nombrado, no existe. Eso pasa en la poesía. Muchas veces suele darle ese territorio a la imaginación, los sentimientos, los deseos, etc., palabras que parecen irreales, pero que dan noticia.

Sin embargo, para Octavio Paz las palabras ya eran la noticia. No es que las palabras avisan de un universo poético, incluidas las cosas que no logran ser nombradas… No, no. La palabra es la poesía y no hay nada que palabras en la poesía.

 

Las tradiciones islámicas dicen que, consumada la Creación, el Señor advirtió que faltaba la arena. Grave defecto, si bien se mira. Los hombres estarían privados de la deliciosa voluptuosidad al caminar junto a los mares. El fondo de los ríos sería ríspido, los arquitectos carecerían de un material indispensable, los caminos no podrían suavizarse, las huellas de los enamorados serían invisibles...

 

Dispuesto a remediar su olvido, Dios envió al arcángel Gabriel con una enorme bolsa de arena a que la desparramara allí, donde fuese necesario.

Pero el diablo ama estropear la obra divina y mientras Gabriel volaba con la carga inconcebible, el diablo le agujereó la bolsa. Esto sucedió justo sobre la región que hoy es Arabia. Casi toda la arena se volcó allí, de modo que las nueve décimas partes del país quedaron convertidas en un desierto.

 

Advertido de la catástrofe, Dios resolvió compensar a los árabes y les ofreció un cielo de estrellas como ningún otro para que miraran eternamente hacia lo alto. Además del turbante, que bajo el sol del desierto es más valioso que una corona. Les dio la tienda, que es mejor que un palacio. Les dio la espada. Les dio el camello. Les dio el caballo. Y les dio algo más precioso… La palabra, el oro de los árabes.

 

Otros pueblos modelan en la piedra o los metales. Los árabes modelan en el verbo. El poeta es sacerdote, juez, médico, jefe. El poeta es poderoso... Puede traer alegría, tristeza, encono. Puede desencadenar la venganza y la guerra. Puede matar con la palabra.

 

Los errores de Dios, como los de los grandes artistas y los de los verdaderos enamorados, desencadenan tantas reparaciones felices que cabe la pena desearlos.

 

A esta cosmovisión poética del lenguaje añadiría la posibilidad de una literatura nacida de las ruinas. Es decir, que nada se ha perdido y todo fue escrito así, con párrafos faltantes y una alegoría celestial acerca del extravío de palabras que, en realidad, nunca fueron escritas.

 

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En el Imperio incaico, la organización estaba asegurada por la nobleza, cuyo consejo supremo lo encabezaba el Inca. Pero había altos funcionarios que componían el organismo administrativo, político y judicial. Cada uno de ellos tenía a su cargo una jurisdicción, a saber, Chinchasuyo, Cuntisuyo, Collasuyo y Antisuyo. ¿Cómo hacían para saber dónde comenzaba una y dónde terminaba otra? Bueno, una ayuda que tenían los funcionarios era la multiplicidad de dialectos, más de 700. Este fenómeno tenía una razón. Para dirigir la economía era necesario que la demografía no se modificara a cada rato, que la gente no se mudara. Entonces, realizaban un censo muy preciso que servía para la eficiente distribución de riqueza a lo largo del imperio y obtener información, además de prevenir los saqueos. Los habitantes tenían prohibido circular por otros distritos y para ello se los controlaba a través de la vestimenta, previamente estipulada.

 

Entre los incas, había tres lenguas que los españoles calificaron como generales, el quechua, el aimara y el uru, este último ya estaba en decadencia. Los lingüistas anotan que el quechua y el aimara son lenguas muy aglutinantes. A veces con una sola palabra se expresa toda una frase, por ejemplo, de la raíz “ali”, que significa árbol o planta, derivan 82 voces. Esta lengua no necesitaba diccionario. Algunos filólogos han dicho que el aimara es la lengua madre, no la de los incas, sino del género humano.

La formación de palabras en quechua es bastante simple. Ejemplo, “runa” significa hombre y “kay” es la abstracción, de manera que humanidad se dice “runakay”. Quiere decir que para esta lengua el diccionario no ayuda, porque no hay manera de decirlo de otra forma. Es como querer buscar la definición del número 4. A lo sumo es 2 + 2, pero eso no es una definición. En una lengua analítica, que no tiene sinónimos como el de John Wilkins, bastaría leer una palabra para que eso nos dijera qué demonios es la humanidad.

 

Toda nación o región está representada por una lengua natural, pero conforme los procesos políticos, sociales y culturales, las lenguas tienden hacia el cambio, la extinción o al origen de nuevos idiomas y dialectos. Ahora, ¿cuál es el problema de la globalización? Que poco a poco está sepultando los rasgos diferenciales de las regiones. Justamente, las formas de sentir las cosas en Buenos Aires, Paris o Tokio son las mejores noticias que el universo tiene para darnos. La variedad es una buena noticia y sería un error perderla o dejarla pasar, solo en pos de una mayor rapidez y agilidad de conocimientos.

 

Los empresarios no están interesados en la complejidad, sino que los gustos sean decididamente uniformes. Si yo fuera un productor musical, pues desearía que los muchachos del Bronx y de Ramos Mejía compartiesen los mismos gustos. Bueno, ya es un hecho. Ahí tiene el hip hop, reggaetón, el trap urbano, productos comerciales que no pretenden ahondar en la variedad, sino asimilar las pautas culturales que dictan las grandes naciones.  

 

Los éxitos masivos se describen por su simpleza. Para que algo sea comprendido de inmediato, requiere ser simple. Por eso lo complejo tiende a molestar y me atrevo a señalar como gravísima la necesidad de hechos artísticos y culturales simples... ¿Por qué razón? Primero, satisfacer nacionalidades o estratos sociales diferentes a un mismo tiempo. Segundo, la exigencia de una recompensa a causa de lo costoso que son estos movimientos. Ejemplo, la televisión invierte tanto dinero, que la respuesta del público debe ser inmediata. En cuanto se instala un fenómeno televisivo, del cual es imprescindible haber leído un libro, usted ya está restringiendo ese mercado.

 

En general, los mercados de una industria globalizada tienden a ser culturalmente pobres y contra eso no parece haber soluciones adecuadas, salvo que intervengan los ministerios de culturas de un país.

Probablemente la globalización desalienta la necesidad de afirmar lo propio, así que yo creo conveniente que los artistas operen en resistencia. Tratar de reafirmar su relación con el suelo en el que han nacido y preservar aquellos valores regionales que están en riesgo. Esto no sucede y los ejemplos sobran… Lamentablemente.

 

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¿Todo puede decirse? ¿Qué hace que una lengua sea confiable? ¿El lenguaje es más real que las cosas o en realidad estamos solos, incomunicados del resto?

 

Ciertos foros dicen que las cosas no precisan de nuestro señalamiento. El mundo real simplemente está allí. Estuvo antes de la presencia humana y seguirá estando cuando alguna catástrofe venga a destruirnos.

El lenguaje es un simple instrumento que la humanidad ha elaborado para expresar lo que pasa en su mente. Para los ingenuos, sin embargo, la insuficiencia de la lengua es prueba de su naturaleza subalterna y especular, en especial a las personas emotivas que se complacen en señalar que no todo puede decirse con palabras y que hay una región sublime donde explicar mejor las cosas.

 

Los sabios han pensado que, sin lenguaje, los hechos no suceden. Lo que no puede decirse, no existe. Popper afirmaba que los hechos son producto del lenguaje y la realidad. Es la realidad fijada mediante enunciados descriptivos… Hasta que el hombre no los elige o selecciona, los hechos no existen. ¿Cómo distinguir algo en el infinito caos de partículas que nacen, se combinan y extinguen a su alrededor? Nombrando, discerniendo, evaluando, como quien moja el pan para degustar un guiso.

Para Nietzsche, la realidad son diferentes perspectivas, multiplicando la verdad y estableciendo un nuevo infinito, hecho de infinitas interpretaciones. Al conocimiento y a la percepción le agrega un componente ficcional y creativo, vamos, lo que uno tiende a inventarse. La verdad nietzscheana ocurre en el lenguaje y la historicidad y no como objetividad científica, pero tampoco como invención absoluta. Dice Nietzsche que solo pensamos en la forma del lenguaje y si queremos salir del lenguaje, dejamos de pensar.

 

Un niño ve en la oscuridad una espantosa sábana en la soga de colgar la ropa. Desde luego, se aterroriza. El padre lo acompaña hasta el fondo y allí el niño se calma al ver que se trataba de un simple fantasma.

 

El escritor Pirandello captó los efectos del perspectivismo en las relaciones humanas. Creía que nadie conocía a nadie y que todos éramos extraños, aún para los afectos más próximos.

 

En un universo interpretativo, los cambios ajenos y propios están sujetos a la perspectiva. Podríamos concebir cambios profundos, imperceptibles o percibidos erróneamente…

 

Un señor muy borracho solicitó un vaso de vino. Más tarde, licor de chocolate y luego un gin tonic. Completamente resacado, se convirtió en perro y los mozos lo expulsaron del bar a los escobazos.

Despertó tirado en la vereda, un poco dolorido, ignorando si lo que mata es la mezcla o emperrarse en lugares indebidos.

 

Hay casos no menos patéticos. Un hombre envejece y sigue esforzándose en seducir a jovencitas o el que envilece y sigue jactándose de su pureza. El patrón inverso también es usual. Alguien que no cambia y cree haber cambiado. Mejor aún, el que no cambia y produce en los demás la ficción de un cambio.

 

¿Qué sucede con las pequeñas comuniones que escapan a la mirada de la semiótica? Supongamos, entre actor y espectador, escritor y lector o músico y oyente. Desde luego, no están presentes en guiones, libros, ni partituras algunas… Porque todo arte es un amante del silencio y de la ausencia. Un parlamento, una oración o una armonía representan los secretos de nuestra condición insular. Somos islas. Y el tiempo revela que el lenguaje también parece distante, ausente. Hoy las palabras no conmueven, carecen de relieve o tienen pretensiones artísticas e intelectuales muy pobres y elementales. La situación del mundo es verdaderamente angustiante y desoladora. Enseguida viene alguien y avisa que no podemos temerles a las sábanas, más que a los fantasmas.

 

Todos jugamos distintos juegos y no hay reglas generales, sino particulares. Los dioses nos han regalado el lenguaje, pero si estamos destinados a cambiar, a transformarnos segundo tras segundo, a sustituirnos a nosotros mismos… ¿Cómo obtener conocimientos indudables y comunicarnos con certeza, sin que se nos escapen de las manos?

 

Una última pincelada fuera del marco…

 

El fracaso de los lenguajes artificiales responde a la neutralización del pensamiento. Es correr a la velocidad del más lento, ¿se entiende? ¿No vio esos amigos que comparten idénticos criterios y se reúnen a contar, una y mil veces, las anécdotas de siempre? En un congreso de mentes parecidas, no hay probabilidad de crecimiento. Y en este punto, el amor toma distancia.

 

¿Qué fundamenta enamorarse de un amigo? La comodidad. Nada encanta tanto como sentirse tranquilo y comprendido. Nada encanta tanto cuando se habla el mismo idioma. Nada encanta tanto como compartir las mismas inquietudes. Yo estoy casi seguro que si mañana dictaran una ley que prohibiese estas prácticas amorosas, la humanidad se extinguiría en un par de décadas.

 

Borges decía que, a la lectura de un buen libro, el lector debe egresar mejor que antes. ¿Sabe por qué fascina la inconveniencia y el contraste en la pareja? Porque desde la diferencia hay posibilidad de crecer. Cualquier vínculo amoroso pretende un crecimiento personal, el asunto es cómo pensamos que suceden las cosas. Si vamos a pensar que amar consiste en una solvencia económica, firmar papeles y un chalecito en las Toninas, diré que es lo que hacen todas las personas.

 

Mire, más que un consejo, es una actitud ante la belleza. Del mismo modo que el escultor elige el mármol adecuado, el músico los acordes, el retratista los colores de la paleta, el escritor las rimas de sus palabras, etc., me parece que el amor convierte en artistas del lenguaje a los enamorados.

Fíjese, usted se enamora de una señorita y entre ambos construyen un lenguaje que habrá de pertenecerles. ¿Acaso no es hermoso eso? Y no importa que haya que saltar el alambrado y robar lenguajes de jardines ajenos, lo que importa es hacerlo para darle mayor justicia a la belleza de la mujer amada.

 

La inteligencia no pasa solo por recitar capitales de Europa y saber hablar inglés, sino cómo romper las formas con las cuales los convencionalismos limitan el pensamiento.

 

Finalmente, dicen que algunos lenguajes entrañan secretos y conocerlos, desatan consecuencias maravillosas. Tal vez no alcance con levantar una Torre de Babel más alta que la anterior, de manera que nunca sabremos cómo es realmente la lengua en el Paraíso. Sin embargo, estoy pensando que podríamos volar y colarnos… Volar. Sí, ¿por qué no? Después de todo, el amor es lo único que nos da alas.   

 

Dedicado a los que hacen del lenguaje, un precioso cielo personal. Y por supuesto, a la ladrona más hermosa del mundo.

 

Buenas noches.

 

Ignacio

 

Jueves 27 de Julio de 2023.